El camino no elegido
El camino no elegido
Dos caminos divergieron en un bosque,
y afligido porque no podría caminar ambos
siendo un solo viajero, estuve largo tiempo de pie
mirando uno de ellos tan lejos como la vista alcanza,
hasta donde se perdía en la maleza.
Entonces tomé el otro, imparcialmente,
y habiendo tenido quizás la elección acertada,
pues era tupido y agradable de caminar;
aunque en cuanto a lo que vi allí
hubiera elegido cualquiera de los dos.
Y ambos esa mañana yacían igualmente,
en ninguno de los dos hubiera pisado hojas negras.
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo la inexorable manera en que las cosas siguen su curso,
dudé si debí haber regresado sobre mis pasos.
Debo estar diciendo esto con un suspiro
que en alguna parte envejece y hace envejecer,
dos caminos divergieron en un bosque,
yo tomé el menos transitado,
y eso ha representado toda la diferencia.
Un poema del estadounidense Robert. L. Frost.
Con sencillez, en un ambiente natural (el bosque y la maleza), el poeta nos plantea (a través del yo poético) la elección obligada de un camino (¿La vida?); elección inexorable, sin vuelta atrás.
Y lo más importante, quizás, de la elección del camino/vida entre las opciones que se nos ofrecen: la independencia (también símbolo y carácter del ser estadounidense), la elección personal y no atribuible a otro, de lo que hacemos en la vida.