Despedida

Mientras haya ciudades, iglesias y mercados,
y traidores, y leyes injustas, y banderas;
mientras los ríos sigan vertiendo su basura
en el mar y los vientos soplen en las montañas;
mientras caiga la nieve y los pájaros vuelen,
y el sol salga y se ponga, y los hombres se maten;
mientras alguien regrese, derrotado, a su cuarto
y dibuje en el aire la V de la victoria;
mientras vivan el odio, la amistad y el asombro,
y se rompa la tierra para que crezca el trigo;
mientras tú y yo busquemos el medio de encontrarnos
y nuestro encuentro sea poco más que silencio,
yo te estaré queriendo, vida mía, en la sombra,
mientras mi pecho aliente, mientras mi voz alcance
la estela de tu fuga, mientras la despedida
de este amor se prolongue por las calles del tiempo.

Un poema de Luis Alberto de Cuenca de gran calidad literaria, de mucha fuerza estilística, en la expresión de lo emocional y de lo real.

El poeta hace malabares con sus palabras, con las que hace una descripción de la realidad (del mundo donde existimos); y es aquí (en esta temporalidad en que se vive) donde se sitúa una relación sentimental tú/yo, en crisis o rota (de ahí el título de la composición).

Y todo para llegar a la declaración final -lírica y bella- de amor de los cuatro últimos versos, un canto condicional de entrega.

Excelente.

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