Amapolas

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«… lo efímero de todo brilla a la luz del día
por la naturaleza que irrumpe salvadora…»

 
Sobre el dolor y el grito
han crecido amapolas.
Dora el sol la impotencia
que esculpió la ceniza.
Pisas sobre el enigma
de las ocultaciones.
 
Llueve por la memoria
sobre aquellas ruinas.
Cubren flores y frutos los vestigios.
Esta tierra volcánica,
muestra el tono de gris, indefinido,
indiferente ante el dolor del tiempo.
 
Un despertar petrificado, antiguo,
gestos cercanos que reconocemos
de angustia, indefensión…
Los moldes forman nuestro propio miedo.
Miro estas amapolas tan ajena
a lo que guardan, tienen,
un fulgor asequible de sangrante alegría.

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Un poema de Efi Cubero, poeta, ensayista y narradora de origen extremeño.

Según ella misma cuenta, esta composición surge de la visita a las ruinas de Pompeya (ciudad romana destruida por la erupción del volcán Vesubio –qué casualidad ahora).

En ese entorno, la escritora observa la intensidad de la vida (los moldes de los cuerpos humanos son de escayola, pero los muertos persisten en el tiempo, ahí están, en su cotidianeidad), en un entorno, ahora, de muerte y destrucción. Y en ese lugar, en este momento, las amapolas, la continuidad de la existencia y la belleza de lo natural.

Una poetización muy hermosa del contraste, de la presencia en un mismo sitio, entre Eros –la vida y la supervivencia- y Thánatos –la muerte y la disolución.

Gracias a Efi Cubero por poner su voz a su propia poesía y por su disposición, y a Carlos Cabanillas por el montaje audiovisual.