Canción para un instante

No susurres nada, sólo tiéndeme
los brazos de aire del lejano instante.
Nicolae Labiş.
 
 
 
Hoy no sabría revivir aquel instante.
Tan sólo puedo recordar su vuelo.
Por la ventana abierta el sol de junio
entraba a raudales en el cuarto.
 
Tú me habías traído un cuenco de cerezas.
Cogí despacio una y la miré al trasluz,
me la llevé a la boca y la mordí. Sabía
a sol y a piel de lluvia, a verano, a ti.
 
Mira, mira este sol en la fruta, te dije.
Una explosión rojiza despegó de mi mano.
Y aquel instante pájaro, ya lejos,
tendió hacia mí sus brazos en el aire.

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Un poema de Ioana Gruia -profesora de la Universidad de Granada, y autora de ensayos, novelas y libros de poesía-, estructurado en tres estrofas, donde el yo poético comienza a rememorar un momento vivido, un recuerdo simple y breve.

En la segunda estrofa, aparece el tú poético, con quien convive en ese recuerdo, un espacio de tiempo de color y de amor y de pura sugerencia y hermosura.

Y la tercera estrofa cierra este tiempo corto con un diálogo y una poetización absoluta de un rato compartido y lindo.

Una poetización de la vida, amor y belleza compartidos; una composición preciosa.

Gracias a Ioana G. por la lectura de su propio poema.

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