Categoría: El poema de la semana

Inmortalidad de la nada.

Inmortalidad de la nada Todo lo consumado en el amor no será nunca gesta de gusanos. Los despojos del mar roen apenas los ojos que jamás -porque te vieron-, jamás se comerá la tierra...

Fe de vida.

Fe de vida. Sé que el invierno está aquí, detrás de esa puerta. Sé que si ahora saliese fuera lo hallaría todo muerto, luchando por renacer. Sé que si busco una rama no la...

Corazón, corazón

Corazón, corazón, en irremediables tristezas confundido, ¡levántate! ¡De los enemigos defiéndete con desafiante pecho! ¡Sé fuerte si en emboscadas de enemigos envuelto te ves! De la victoria no presumas en público, ni hundido en...

Bécquer.

Yo sé un himno gigante y extraño que anuncia en la noche del alma una aurora, y estas páginas son de ese himno cadencias que el aire dilata en las sombras. Yo quisiera escribirle,...

Para vivir no quiero

Para vivir no quiero islas, palacios, torres. ¡Qué alegría más alta: vivir en los pronombres! Quítate ya los trajes, las señas, los retratos; yo no te quiero así, disfrazada de otra, hija siempre de...

Si mi voz.

Si mi voz muriera en tierra, llevadla al nivel del mar y dejadla en la ribera. Llevadla al nivel del mar y nombradla capitana de un blanco bajel de guerra. ¡Oh mi voz condecorada...

Arbolé.

Arbolé, arbolé seco y verdé. La niña del bello rostro está cogiendo aceituna. El viento, galán de torres, la prende por la cintura. Pasaron cuatro jinetes sobre jacas andaluzas con trajes de azul y...

Caminante….

Caminante, son tus huellas el camino, y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que...