Compartiendo lecturas (II)
La segunda sesión de nuestro encuentro literario, al que hemos denominado «Compartiendo lecturas», ha puesto sobre la mesa nuevos libros.
Raquel González nos ha traído Donde la vida se doblega, nunca, una antología –publicada con motivo del décimo aniversario de la muerte del autor– que reúne los mejores poemas de Ángel González, miembro destacado de la Generación del 50 y representante de la poesía de la experiencia. El amor en todas sus dimensiones (al prójimo, a la vida, a las cosas) es el eje de su obra, pero sin caer en el sentimentalismo. Para ello, hace un uso preciso de la lengua y recurre en ciertas ocasiones a la ironía –con la intención de distanciarse de lo que consideraba trágico–, como apreciamos en los siguientes versos de «Diatriba contra los muertos»:
«Los muertos son egoístas:/
hacen llorar y no les importa,/
se quedan quietos en los lugares más inconvenientes,/
se resisten a andar, hay que llevarlos/
a cuestas a la tumba/
como si fueran niños, qué pesados».
Sonia Cacho, de 2°BT, nos habla de La reina roja, de Victoria Aveyard. «Ambientada en un reino imaginario, el libro nos muestra una sociedad dividida en clases según la sangre, rojos y plateados. Los rojos serán lo que conocemos como clase baja y los plateados como clase media y alta, debido a que el color de su sangre les da poderes -control del agua, leer la mente, control del fuego, etcétera-. Nuestra protagonista, Mare Barrow, es una roja revolucionaria que trabaja en el palacio como sirvienta, cansada de que los plateados traten a los rojos como si no fuesen personas, pero ¿qué pasaría si se descubre que una roja tiene poderes en una sala llena de plateados?».
María Matamoros nos trae el libro El diario de Ana Frank. En palabras de María, el diario «es una obra profunda que me conmovió desde el primer momento. En primer lugar, la manera de ser narrada a través del formato de un diario y contada por una niña adolescente de trece años. Durante la Segunda Guerra Mundial, nos cuenta cómo vivía la familia de Ana y unos amigos ocultos en un edificio trasero para no ser descubiertos por los nazis. Escondidos solo por ser judíos, solo por pertenecer a una determinada religión, permaneciendo allí dos años. Me impresionó como se adaptaron a vivir en penosas condiciones, en silencio, racionando comida, agua, incluso el tiempo, ya que no podían hacer ruido en ciertos momentos del día para no ser descubiertos. Aún en estas condiciones sabían disfrutar de forma diferente de su tiempo, aprovechando cada momento con su familia, charlando, leyendo, jugando.
Me llamó la atención del poder de adaptación del ser humano, cómo en circunstancias extremas se puede sobreponer una persona y adaptarse, luchando e incluso soñando en un futuro mejor que nunca llegará porque la realidad del presente lo hará imposible».
Por último, Ángel Trigueros nos comentó el libro de Jesús Delgado Valhondo, Huir, un breve poemario que nos deja lo mejor del poeta extremeño. Escrito con la intensidad de quien pronto ha de partir, el autor pone énfasis en la vida como despedida, un llegar para irse de nuevo. Una poesía sin concesiones que profundiza en el destino del ser humano y en la dignidad que debe ser toda vida vivida.
«La vida es una huida,/
busca nada ganada,/
corral, carne encelada/
secreto de la vida».