El cebo
Ven a vivir conmigo y sé mi amor, y nuevos placeres probaremos de doradas arenas y arroyos cristalinos; con sedales de seda, con anzuelos de plata. Discurrirá entonces el río susurrante más que por el sol, por tus ojos calentado, y allí se quedarán los peces enamorados, suplicando que a sí puedan relevarse. Cuando tú en ese baño de vida nades, los peces de todos los canales hacia ti amorosamente nadarán, más felices de alcanzarte, que tú a ellos.
Poesía de John Donne en apariencia fácil (por su porte coloquial, por su viveza y su espontaneidad…), pero en poesía, en casi toda, la facilidad es un esfuerzo artístico del autor.
El yo poético ofrece al tú poético la convivencia basada en el amor. Para convencerlo o convencerla, le ofrece un locus amoenus (un lugar idílico) acuático; bellas imágenes con mucha agua de por medio, lugares y momentos ideales… hasta la hipérbole de la naturaleza animal atraída por la belleza de la (el) amada(o).
Si el (la) pretendido(a) no cae en este ofrecimiento (cebo), más no se puede ofrecer.
Una preciosidad de poema como declaración de amor.