El número pi
Antes de la primera danza, ¿existió el perímetro?
Los astros
no miden el camino que recorren,
en el círculo de las olas;
el agua ignora al agua y cada punto sigue las leyes
con inercia.
Hasta que alguien dividió por vez primera
el perímetro del círculo y el diámetro,
y nació, inalcanzable, el número π
y fue como un rayo en una sala de espejos,
omnipresente,
ocupando las cúpulas celestes,
el período de los péndulos, el volumen de las estrellas,
la energía de la luz en equilibrio,
los saltos de los electrones en los átomos,
hasta perder su eco de pasos descalzos sobre la arena.
Un poema de David Jou (físico, científico y poeta, cuya obra poética se caracteriza por el relieve dado a temas científicos, y entre ellos, a los matemáticos).
Como ejemplo de lo dicho, aquí este poema, que convierte un principio matemático en poesía.
Una sonoridad embriagadora, un embellecimiento de la lengua (en la palabra justa y en la expresión ideal) que convierten esta composición en una pequeña joya, con el mérito de fusionar el contenido científico con la expresión literaria.