Humano

Tengo en paz mi conciencia y mis asuntos,
y de luz y esperanza me mantengo.
Me sobra corazón. Y de Dios vengo,
y con Él me acompaño. Los dos juntos

hablamos con la hormiga y con la estrella,
sin palabras, tranquilos, paso a paso,
y al sentirlo tan cerca yo me abraso
cuando vierto mi pie sobre su huella.

Tanta luz en mi alma me conmueve,
me levanta del suelo y transfigura,
y pájaro me siento que procura
buscar un nido en Él, mas no se atreve, 

no decide sus alas por humano,
por insignificante bajo el cielo,
y después de volar retorno al suelo
a vestir carne de hombre o de gusano.

Pero traigo en el pecho honda alegría
y un no sé qué, del aire, más divino,
que mata soledad y hace camino
para que no me falte compañía.


Un poema de Luis Álvarez Lencero, poeta extremeño, escrito en primera persona, donde expone en cinco cuartetos de rima consonante su estado anímico (del alma o ánima).

Una composición de tono religioso, en cuanto que el poeta nos comenta su contacto con Dios, una íntima relación espiritual. Y, a la vez, contacto con la naturaleza, con todo…

Una expresión poética de la serenidad del alma que parece sentir el creador de esta poesía, una comunión consigo mismo, con Dios y con todo que en última instancia procura felicidad y compañía.

 

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