La calma después de la tormenta

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Ha pasado la tormenta:
oigo pájaros festejar, y la gallina
de regreso a la calle,
que repite su verso. Y ahora el cielo puro
rompe más allá del poniente en la montaña;
se aclara la campaña
y limpio en el valle aparece el río.
Cada corazón vuelve a alegrarse, 
en todo sitio
resurge el rumor,
vuelve el trabajo cotidiano.
El artesano mira el húmedo cielo
y su obra entre las manos, cantando,
hace en el umbral. A probar
sale la mujercita el agua
de la lluvia nueva;
el herborista renueva
de sendero en sendero
el grito jornalero.
Y he aquí el Sol que retorna, que sonríe
por colinas y aldeas. Abren los balcones,
abre la familia terrazas y galerías;
y de la calle principal sube lejano
tintineo de cencerros; el carruaje chirría
con los pasajeros que retoman 
su camino.
Vuelve a alegrarse cada corazón.
Tan dulce, tan grata,
¿cuándo como ahora es la vida?,
¿cuándo con mayor amor
el hombre sus estudios recomieza,
o vuelve a las obras 
o algo nuevo emprende
y la mente se olvida de los males?
Placer, hijo del afán;
alegría vana que es fruto
del temor pasado cuando se estremeció
y espantó de la muerte
quien aborrece la vida;
cuando en largo tormento
frías, pálidas, silenciosas,
sudaron gentes y se agitaron viendo
venir para ofendernos
fulgores, nubarrones, viento.
Oh cortés naturaleza,
estos son tus dones,
estos los deleites son
que tú das a los mortales. 
Salir de la pena es para nosotros el goce.
Con larga mano penas esparces; surge
espontáneo el dolor: y el placer que como
monstruo o milagro a veces
nace del afán, es la gran ganancia. 
¡Humana prole, querida por los dioses!, tan feliz
si respirar te permiten
en algún dolor; dichosa
si de todo dolor muerte te sana.

Una poesía del italiano Giacomo Leopardi sobre un momento meteorológico, frase hecha en castellano.

Ese momento post afecta a los humanos, poetiza el poeta, para bien. El costumbrismo, el apego a la tierra, la relación entre el hombre y la naturaleza… todo eso aparece en esta composición.

También la alegría de vivir, la relación psicológica de nuestro comportamiento (el miedo, la alegría) y los fenómenos naturales (a veces, olvidada esta conexión).

En fin, un elogio de la naturaleza, que nos hace temer y después gozar.

Bonito poema.

 

 

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