La mampara


 En la estación de trenes de mi ciudad
una mampara gris de metro y medio en el andén
separa a los viajeros

                     de sus acompañantes.

Me gusta imaginar que el encargado
de esta compartimentación
lo hizo con intenciones más humanas
que el control de billetes, el aprovechamiento
máximo de recursos
o simplemente por ahorrar espacio:

aquí las despedidas no pueden susurrarse
con la cara escondida en el abrazo,
la arquitectura obliga
a levantar la voz y la mirada
para decir «te voy a echar de menos».

Bendito-condenado responsable
de esa mampara gris de metro y medio,
gracias a ti miré a los ojos del amor
una última vez.

Un poema de Rocío Acebal Doval,  autora de los poemarios Memorias del mar (Valparaíso, 2016) e Hijos de la bonanza (Hiperión, 2020), galardonado con el XXXV Premio Hiperión de Poesía. Ha participado en las publicaciones colectivas Los últimos del XX (Luna de abajo, 2019), Las mejores poesías de amor en lengua castellana (La esfera de los libros, 2020) y 50 poéticas recién cortadas (Sloper, 2021), entre otras.

 El poema “La mampara” describe la experiencia en una estación de tren donde  una mampara gris separa a los viajeros de sus acompañantes en el andén. Sugiere que la mampara obliga a las despedidas a ser más explícitas y visibles, ya que no se pueden susurrar con la cara escondida en el abrazo. La presencia de esta permite una conexión más profunda y honesta en el momento de la separación .

Gracias a Mª José Pámpano, profesora del departamento de Lengua castellana y Literatura, por su lectura.

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