Los pies de mis hijas
Qué feos son los pies de todo el mundo, menos los de mis hijas. Qué bonitos son los pies de mis niñas. Los mofletes redondos y rosados de los ángeles envidian sus talones, y sus dedos, vistos desde la planta, diminutos, tienen la suavidad de los guisantes. Los tienen a estrenar. Y me conmueve pensar en cada paso que aún no han dado.
Un poema de Amalia Bautista con un título por lo menos llamativo.
La autora llama la atención en algo tan simple atractivo para un padre o una madre de una manera divertida, simplista, con palabras totalmente usuales y agradables como las que se suelen hablar cuando se habla de niños.
En los últimos versos aparece la reflexión humana; esos pies que conmueven a su progenitora son, metafóricamente, la base y el sustento del futuro que queda por vivir a los hijos…
Una bella composición sobre la pasión por los hijos.