Mereces un amor

 Mereces un amor que te quiera despeinada,
incluso con las razones que te levantan de prisa
y con todo y los demonios que no te dejan dormir.
 
Mereces un amor que te haga sentir segura,
que pueda comerse al mundo si camina de tu mano,
que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.
 
Mereces un amor que quiera bailar contigo,
que visite el paraíso cada vez que ve tus ojos
y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.
 
Mereces un amor que te escuche cuando cantas,
que te apoye en tus ridículos,
que respete que eres libre,
que te acompañe en tu vuelo,
que no le asuste caer.
 
Mereces un amor que se lleve las mentiras,
que te traiga la ilusión,
el café
y la poesía.

Un poema de Frida Khalo, artista mexicana e icono del siglo XX (por su producción y por su propia imagen), sobre la naturaleza del amor entre dos personas.

En esta composición, el yo poético se dirige a un tú femenino para mostrarle la naturaleza del amor que, sin parafrasear, es digna de recibir y aceptar por parte de la otra parte, el amante.

Compuesta de cinco estrofas iniciadas con la anáfora Mereces un amor…, en esta poesía se acumulan las premisas que un amante debe cumplir y aceptar para ser aceptado (el amor, como doble aceptación); desde el aspecto físico, a las imperfecciones, desde la seguridad dada, al cuelgue emocional y físico, desde la aceptación total, al buen rollo, desde lo más elevado (moral o conductualmente hablando) a lo más mundano (a la disponibilidad diaria y casera).

Una declaración de intenciones que se pide o exige al otro. Una poetización, otra vez, del amor.

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