Permanece a mi lado… (In memoriam A. H. H.)

Permanece a mi lado, cuando se apague mi luz,
y la sangre se arrastre y mis nervios se alteren
con punzadas dolientes.
Y el corazón enfermo
y las ruedas del tiempo giren lentamente.

Permanece a mi lado, cuando a mi frágil cuerpo
le atormenten dolores que alcanzan la verdad.
Y el tiempo maniaco siga esparciendo el polvo.
Y la vida furiosa siga arrojando llamas.

Permanece a mi lado, cuando vaya apagándome.
Y puedas señalarme el final de mi lucha.
Y el atardecer de los días eternos
en el bajo y oscuro borde de la vida.

Permanece a mi lado, cuando el camino se acabe.
Y lo recorrido no sea más que un recuerdo,
un instante suspendido en el tiempo, en la eternidad.
Y la verdad me alcance, y la vergüenza se rinda.

Permanece a mi lado, cuando todos se hayan ido.
Y la soledad me amenace,
y la oscuridad me envuelva.
Cuando el sonido de tu voz sea el último nexo con la vida.
Y tus ojos me miren y tus labios me besen.

Permanece a mi lado, cuando la vida me deje,
y no pueda cantar, y no pueda gritar.
Cuando las olas del mar no me lleguen
y la brisa desprenda la verdad de mis días.

Permanece a mi lado, cuando todo parezca sucumbir al hastío.
Y el tedio se canse y la esperanza no nazca.
Y la música se ahogue, callada, lenta, mojada,
en mi burlada garganta.

Permanece a mi lado para no perderte ahora,
para quererte siempre, y así protegerte
de la llama incandescente que derriba las puertas
y aplasta las vidas, dejándolas muertas,
en espantosa huida.

______________________________________________________________________________ Un fragmento de un largo poema elegíaco de Alfred Tennyson, poeta británico del siglo XIX, que escribió con motivo de la muerte de un amigo suyo unos años antes de la escritura de esta composición.

Este canto supone una acumulación de imágenes y metáforas (de carácter físico y también espiritual, llenas de virtuosismo y solemnidad en su expresión), que quieren reflejar la pena del yo poético por la pérdida, por la soledad y por el vacío como estado anímico.

Es un súplica literaria y lírica que quiere reflejar el afecto hacia otra persona y una estrecha relación vital, como antídoto ante los estragos de la vida.

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