Poema de Félix Grande.

Tal como están las cosas,
tal como va la herida,
puede venir el fin
desde cualquier lugar.

Pero caeré diciendo
que era buena la vida
y que valía la pena
vivir y reventar.

Puedo morir de insomnio,
de angustia o de terror,
o de cirrosis o de
soledad, o de pena.

Pero hasta el mismo fin
me durará el fervor,
me moriré diciendo
que la vida era buena.

Puedo quedar sin casa,
sin gente, sin visita,
descalzo y sin mendrugo,
ni nada en mi alacena.

Sospecho que mi vida
será así y ya está escrita.
Pero caeré diciendo
que la vida era buena.

Puede matarme el asco,
la vergüenza o el tedio,
o la venal tortura,
o una bomba homicida;
ni este mundo ni yo
tenemos ya remedio.
Pero caeré diciendo
que era buena la vida.

Tal como están las cosas,
mi corazón se llena
de puertas que se cierran
con cansancio o temor.
Pero caeré diciendo
que la vida era buena:

La quiero para siempre
con muchísimo amor

Con este poema recordamos a Félix Grande, fallecido hace algunos días.

Se nos habla en este poema de la dureza de la existencia (de mí, de la del poeta, de los demás) y, en íntima unión, del amor a la vida.

Para no estropear la lectura de este poema, solo mencionar que hay estudiosos de la comunicación que consideran la poesía como un modo de comunicar algo que de otro modo sería imposible de comunicar.

También te podría gustar...