Primavera

Abril, sin tu asistencia clara,
fuera invierno de caídos esplendores;
mas aunque abril no te abra a ti sus flores,
tú siempre exaltarás la primavera.
 
Eres la primavera verdadera;
rosa de los caminos interiores,
brisa de los secretos corredores,
lumbre de la recóndita ladera.
 
¡Qué paz, cuando en la tarde misteriosa,
abrazados los dos, sea tu risa
el surtidor de nuestra sola fuente!
 
Mi corazón recojerá tu rosa,
sobre mis ojos se echará tu brisa,
tu luz se dormirá sobre mi frente…

Un soneto de Juan Ramón Jiménez de difícil compresión y análisis, aunque de una belleza y calidad literarias admirables.

En un tuteo con el mes de abril, el yo poético se dirige al mismo mes de abril (!), la entrada de la primavera, entre el fin del invierno y la llegada de las flores.

En el segundo cuarteto, una serie de imágenes sigue describiendo líricamente el cuarto mes del año.

Los dos tercetos son el momento más lírico, donde el yo poético más aparece y donde la dificultad de interpretación aumenta; parece ser que el yo lírico ensueña unos momentos de la primavera que disfruta con ese tiempo mismo o con alguien que no está, pero que desea…

Un texto admirable por su lirismo, su sonoridad y su selección léxica perfecta, y por la recreación genial de un tiempo y unos anhelos.

Gracias a José Ortiz, compañero de nuestro Centro, por la lectura de esta composición.

También te podría gustar...