Si algún día vienes a mi vida…


Si algún día vienes a mi vida,
tendré que explicarte que eres una diosa.
Que nadie tiene derecho a olvidarlo,
que nadie tiene permiso
para tratarte como otra cosa.
Te enseñarán a leer, a escribir.
Aprenderás a contar, a manejar los cubiertos,
a vestirte, a caminar,
pero todo deberás hacerlo
sin olvidar que eres una diosa única,
irrepetible, valiosa
y que sólo saber eso te hace libre.

No necesitas sino de ti, para aprenderlo,
pero yo te lo repetiré cada noche
para que no lo olvides,
porque quizás un día
un príncipe azul te quiera para él
y entonces tendrás que saber
que los príncipes azules no existen
y que las diosas no tienen dueño.

Un poema de Begoña Abad sobre la descendencia por venir; un canto al reconocimiento de todo lo valioso que alguien tiene en sí mismo.

El yo poético se dirige en toda la poesía al tú venidero, una niña en concreto, una hija que sitúa en el mundo que le toca por vivir, pero donde destaca el valor hiperbólico de todo lo bueno de esa nueva criatura.

Una llamada de atención al hacer valer a la mujer desde un principio, quizás, desde sus primeros momentos, por encima de cualquier cosa o de cualquiera.

Una preciosa manera de promover la autoconfianza y la autoafirmación de quien en principio lo puede tener difícil.

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