Te quiero
Te lo he dicho con el viento, jugueteando como animalillo en la arena o iracundo como órgano impetuoso; Te lo he dicho con el sol, que dora desnudos cuerpos juveniles y sonríe en todas las cosas inocentes; Te lo he dicho con las nubes, frentes melancólicas que sostienen el cielo, tristezas fugitivas; Te lo he dicho con las plantas, leves criaturas transparentes que se cubren de rubor repentino; Te lo he dicho con el agua, vida luminosa que vela un fondo de sombra; te lo he dicho con el miedo, te lo he dicho con la alegría, con el hastío, con las terribles palabras. Pero así no me basta: más allá de la vida, quiero decírtelo con la muerte; más allá del amor, quiero decírtelo con el olvido.
Un poema de Luis Cernuda con un título… tan gastado y tan eterno como esta expresión (por otro lado, casi universal, que sepamos), con el que el poeta le declara su amor al tú poético.
De una manera tan intensa ama el yo poético, que no sabe como decírselo a su amado/-a; y ese es el juego poético; y, para declarar lo indeclarable, recurre a todos los elementos de la naturaleza y a todo lo posible… al final, con estos versos.
Para San Valentín, estas exageraciones están permitidas; y si es un buen poema, mucho mejor.