Tus dedos
Me despierto.
Sacudo la pereza del sueño apegada a mis párpados.
Ya puedo ver la luz y distingo los objetos de esta pequeña habitación.
Miro mis manos.
Me fijo en mis dedos y veo que son de carne. Son de carne como los tuyos.
Y veo tus dedos de carne,
nuestros dedos de carne entrelazados,
Siento el deseo de explorar tus dedos.
Me fijo con atención en la forma
que han adquirido las huellas de tus dedos con el paso del tiempo,
a través de tus décadas.
Exploro con mi tacto las líneas de tu mano.
Detengo mi mirada también en tus uñas.
Y paso mi dedo por el marco de tus uñas, tus uñas pintadas.
Beso tu mano.
Beso cada uno de tus dedos.
Y tus dedos se convierten en labios que son también de carne.
De la misma carne que tu mano y que tus dedos.
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Un poema de Leonardo Reyes Jiménez, autor del libro de poemas premiado Es preciso reponerse de la tristeza, que poetiza una situación íntima de una pareja de amantes.
En tres estrofas de versos libres, la atención está fijada en los dedos, en el tacto del ser amado, en la delicadeza del trato físico… llevado todo este conjunto a la idealización de esa carnalidad mínima y al tacto entre dos como signos de amor. Un rasgo de estilo es la repetición léxica, de aparente sencillez y de gran fuerza expresiva.
Un sensual poema, delicado y hermoso, un deleite literario para asomarse a la sensibilidad del autor.
Gracias a Leonardo por su generosidad al leer su propia composición.