Elegía al cedro
Bajo la suave brisa de la mañana,
arropados por su perfume de flores,
aquel árbol nos saludaba,
envolviéndonos con sus delicados olores.
Durante años has prestado cobijo,
protegiéndonos siempre del mal tiempo.
Símbolo de nuestro paisaje diario,
te echaremos mucho de menos.
Descansa ya, amigo árbol.
Descansa ya, eternamente…
Nunca olvidaremos tu trono majestuoso,
ni tu copa siempre tan verde.
Estas son las palabras de despedida de los alumnos de 4º al cedro que nos recibía en el centro cada mañana.