La belleza no está…
La belleza no está, es decir, no sólo
está en las alas de la mariposa
(carta de la ilusión inalcanzable);
habita, sobre todo,
en la delicadeza de los dedos
que cuidadosamente la dan suelta
sin que mota celeste de polvillo
quede en las yemas huérfana de vuelo
Alas de gasa, dedos que superan
su liviandad… Aún cabe más belleza:
manos que no pretenden que un anillo
se pose sobre ellas, y capaces
de no querer ser nada más que manos.
Un bellísimo poema de Aníbal Núñez sobre la belleza; con el motivo tan llano, repetido y lirico de una mariposa y unas manos, el autor crea una poesía magnífica sobre algo tan inconmensurable e indefinible como ese concepto.
En la primera estrofa crea una escena (es difícil comentar estos versos porque lo fácil es parafrasearlos) con dos elementos solo, de una calidad literaria máxima; y llega la reflexión, las manos que no acaparan también son bellas… dicho de otro modo, la belleza frente a la posesión, contra el estropicio al querer disfrutar de lo bello. Ya lo decía el principio de Heisenberg: lo que se toca, se estropea.
En la segunda estrofa profundiza en la idea de belleza y en el objeto bello; cada cosa es bella en sí misma… parece poetizar.
La sonoridad, la musicalidad, el ritmo de esta composición son insuperables. Un placer estético y literario supremo.
Con agradecimiento a Ana Alcolea (escritora de la que leemos El retrato de Carlota en nuestro Instituto) por el regalo de su recitación.