Mesa

En nombre de los bosques, yo maldigo
A quien toma venganza, árbol, contigo. Miguel Hernández

¡Oh!, mesa fuerte, veteada,
de cuatro patas robustas
y superficie rugosa de madera,
juntas caminan tu memoria 
y la mía.

Has sentido sobre ti, como ya siento,
las sonrisas y risas familiares,
los sonidos metálicos de los cubiertos
y el silabeo de palabras en conversación.

Acaricio con mis manos tu superficie
y aprendo de la fortaleza 
y del sentido que das a nuestras vidas,
mesa amable, silenciosa y agradecida.
¡Oh! mesa familiar, te reconozco 
en las voces y gestos de mis seres queridos,
en las risas y brindis de mis amigos,
en los sonidos de cristal y porcelana.

¡Oh! mesa dadora de felicidad,
manoseada por unos y por otras,
guardadora de secretos familiares,
calentada por la amistad.
¡Oh! mesa de madera querida,
¡cuánto tengo que agradecerte!,
¡cuántas horas de sobremesas alargadas,
y noches de vino y risas 
hacia el amor!

¡Oh! mesa que provienes de los árboles,
formada por materia vegetal,
que añoras la savia que te daba la vida
que sentiste en el bosque la libertad.

Un poema de Ezequiel Martínez Jiménez (Periodista y escritor; desde 1992 hasta 2003 dirigió y presentó el programa de Canal Sur Televisión ‘Tierra y Mar’ dedicado a la agricultura, ganadería, pesca y medioambiente con criterios de sostenibilidad.) de su libro Los lirios y los hombres, sobre un tema como poco peculiar.

Y es que en estos versos, el poeta establece un diálogo -poético, cosas de la lírica- con un mueble doméstico, en el que nos descubre la relación afectiva entre ambos, y el papel que ha jugado y juega en la vida cotidiana del autor.

Una poesía sencilla -en el buen sentido de la palabra-, llena de intimismo y de una vida llena de amor y cercanía hacia los demás.

Gracias, Ezequiel, por la recitación.

 

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