21/3/22 Día mundial de la poesía
–
MARIO, EL CARTERO: Usted me metió en este lío y usted me tiene que sacar de él. Porque usted me regaló libros, me enseñó la literatura, es culpa suya si me he enamorado.
PABLO NERUDA: Yo te regalé mis libros, sí, pero no te autoricé a plagiarlos. Cuando pienso que le diste a Beatrice los versos que escribí para Matilde…
MARIO: La poesía no es de quien la escribe, sino de quien la necesita.
De la película El cartero y Pablo Neruda.
–
“No leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería… son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana.
Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos”.
De la película El Club de los poetas muertos.
–
-Papá, ¿por qué te hiciste poeta?
-Yo era un niño de 8 o 9 años y jugaba en el campo, donde vivía con mi madre. De pronto un pajarito amarillo se posó sobre mi hombro. Se quedó quieto, inmóvil y con el pico parecía que me sonreía. Luego echó a volar. Quedé impresionado ante tanta belleza. Fui corriendo, gritando, hacia mi madre. Ella estaba tendiendo la ropa.
– ¡Mamá, mamá! –le grité- ¡Un pájaro se ha posado sobre mi hombro! ¡Me ha sonreído!
– ¿Qué ocurre? –preguntó asustada, dejando de tender la ropa.
– ¡Un pájaro! ¡Un pájaro se ha posado sobre mi hombro! ¡Me ha sonreído!
– Ah, bueno – dijo a la vez que dejaba de mirarme, de escucharme y seguía tendiendo la ropa- Pensé que te había pasado algo.
– Entonces miré a mi madre y sentí una pena increíble. No es que mi madre fuera mala persona y no me entendiera. Sino que yo no había sabido explicarme, encontrar las palabras exactas para describir ese momento. Fue entonces cuando decidí hacerme poeta. Para poder explicar momentos como ese.
El tigre y la nieve, de Roberto Benigni.
–
«Si tuviera que asaltar el banco más protegido de América, en mi banda solo habría poetas.
El atraco concluiría probablemente de forma desastrosa, pero sería hermoso.»
Roberto Bolaño