Como tú.
COMO TÚ…
Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera…
León Felipe.
Este fácil y profundo poema (es difícil no caer e los tópicos al hablar de poesía, y no usar palabras mil veces usadas ya), el yo poético se identifica (su existencia y su condición; difícl cuestión separar lo uno de lo otro) con una piedra; y en eso consiste el poema, en la metáfora mi vida = piedra, glosada en los siguientes versos.
Y como estamos dentro de un poema, el yo del poema interpela a la piedra, de la que nos descrbe sus condiciones y rasgos (que son las condiciones y los rasgos propios del yo).
Y esta existencia y condición del yo (y de la piedra) son la humildad y la dignidad, así, sin grandes recursos ni aparatosidad (con versos mínimos), con una sencillez deliciosa (¿Qué adjetivo podemos usar con el que no estropeemos lo dicho por el poeta?).
Este poema está musicado cantado por Paco Ibáñez.