Antonio Machado

He andado muchos caminos,

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y en todas partes he visto

gentes que danzan o juegan,

cuando pueden, y laboran

sus cuatro palmos de tierra.

Nunca, si llegan a un sitio,

preguntan adónde llegan.

Cuando caminan, cabalgan

a lomos de mula vieja.

y no conocen la prisa

ni aun en los días de fiesta.

Donde hay vino, beben vino;

donde no hay vino, agua fresca.

Son buenas gentes que viven,

laboran, pasan y sueñan,

y en un día como tantos

descansan bajo la tierra. 

Este fragmento es la segunda parte de un poema de Antonio Machado, donde, según su experiencia vital, hace una descripción de una tipología de gente, de la gente sencilla (en el buen sentido de la palabra, como él mismo decía).

En esta descripción de cualidades (de la gente, en común, bien avenida), hay un elogio del trabajo (junto al disfrute posible y también merecido), de la vida sencilla, de la falta de afección (de la estoicidad casi), y de la aceptación de la muerte como algo tan natural como la aceptación de la vida; sabiduría vital y humildad en los actos, tal y como era nuestro poeta (lo más parecido que podemos tener a un poeta nacional).

Una lección de lo que debe ser la vida.

Gracias, maestro.