As rosas amo dos jardins de Adónis…

As rosas amo dos jardins de Adónis,
essas volucres amo, Lídia, rosas,
        que em o dia em que nascem,
        em esse dia morrem.


A luz para elas é eterna, porque
nascem nascido já o Sol, e acabam
        antes que Apolo deixe
        o seu curso visível.


Assim façamos nossa vida um dia,
inscientes, Lídia, voluntariamente
        que há noite antes e após
        o pouco que duramos.
 
(Amo las rosas de los jardines de Adonis, / amo, Lidia, esas efímeras rosas, / que nacen en el día, / y en ese día mueren. / La luz para ellas es eterna, porque / nacen nacido el Sol, y acaban / antes de que Apolo deje / su curso visible. / Así hagamos nuestra vida un día, / ignorantes voluntariamente, Lidia, / de que hay noche antes de y después de / lo poco que vivimos.)


Un poema de Fernando Pessoa (bajo el nombre de su heterónimo Ricardo Reis) en el que el autor -en uno de sus malabares poéticos imposibles para nadie más- hace una recreación de lo que sería una poesía de la época grecolatina, con la invocación a alguien presente pero desconocida (en femenino) y con la referencia al dios mítico Adonis y al no menos fabuloso Apolo, que con su presencia magnifican y embellecen el poema.

Y el contenido de esta composición lírica -dividida en tres estrofas- consiste en, primero, la descripción de la duración efímera (un helenismo del castellano que literalmente significa `que dura un día´) de esas flores asociadas a la belleza y al amor, y también a la luz del día; y en, segundo (y aquí está la calidad y la entidad lírica de este texto), la expresión del deseo de convertir nuestra existencia humana en algo luminoso, bello y amoroso.

Obrigado ao professor Isabel Martins pela sua leitura do poema em portugués, y gracias a Meñi Pizarro por su ayuda con la traducción.

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