Blas de Otero
Ver mi cuerpo en la calle,
hablar contigo como un camarada,
mirar escaparates
Y, sobre todo, sonreír de lejos
a los árboles…
También me gustan los camiones grises
y muchísimo más los elefantes.
Besar tus pechos,
echarme en tu regazo y despeinarte,
tragar agua de mar como cerveza
amarga, espumeante.
Todo lo que sea salir
de casa, estornudar de tarde en tarde,
escupir contra el cielo de los tundras
y las medallas de los similares,
Salir
de esta espaciosa y triste cárcel,
aligerar los ríos y los soles,
salir, salir al aire libre, al aire.
Poema optimista y vitalista de Blas de Otero. Una declaración, una afirmación de lo que gusta al yo poético, lo bello y lo alegre, identificado con el exterior (frente a una cárcel que se cita, simbólica, y que posiblemente haga referencia a la realidad social y vital del poeta, nada buena); donde la acción principal es salir.
También es una poesía dirigida a un tú, culmen y parte de la alegría y el disfrute de la vida del poeta.
Ese exterior del que se poetiza es un conjunto de simplezas y elementos que por el hecho de ejecutarlos y disfrutarlos tienen un valor, son un acto de libertad y un motivo de alegría. Y en