De todos los objetos

De todos los objetos, los que más amo
son los usados.
 
Las vasijas de cobre con abolladuras y bordes aplastados,
los cuchillos y tenedores cuyos mangos de madera
han sido cogidos por muchas manos. Éstas son las formas
que me parecen más nobles. Esas losas en torno a viejas casas,
desgastadas de haber sido pisadas tantas veces,
esas losas entre las que crece la hierba, me parecen
objetos felices.
 
Impregnados del uso de muchos,
a menudo transformados, han ido perfeccionando sus
formas y se han hecho preciosos
porque han sido apreciados muchas veces.
 
Me gustan incluso los fragmentos de esculturas
con los brazos cortados. Vivieron
también para mí. Cayeron porque fueron trasladados;
si las derribaron, fue porque no estaban muy altas.
 
Las construcciones casi en ruinas
parecen todavía proyectos sin acabar,
grandiosos; sus bellas medidas
pueden ya imaginarse, pero aún necesitan
de nuestra comprensión. Y, además,
ya sirvieron, ya fueron superadas incluso. Todas estas cosas
me hacen muy feliz.

Un poema de Bertolt Brecht -poeta y dramaturgo alemán del siglo XX de ideología marxista y de una gran influencia, sobre todo por la creación del llamado teatro épico- que comienza con una alabanza de los objetos usados (!).

La primera parte de la composición contiene una exaltación por parte del yo poético de elementos de uso cotidiano -en su uso repetitivo- a los que parece tener un aprecio evidente -que se extiende a otros usuarios de esos objetos-.

En la penúltima estrofa, aparecen otros elementos, ya artísticos, por los que confiesa también su gusto.

Y en la última estrofa, en un crescendo lírico muy conseguido, muestra su admiración -convertida al final en felicidad- por las construcciones arquitectónicas antiguas.

Un hermoso poema sobre la relación afectiva que se establece con algunos elementos de la cotidianeidad, una oda a la belleza que pueden ofrecer la contemplación y la reflexión de lo pasado, lo antiguo y lo estropeado por el tiempo.

Gracias a Antonio Palomeque, compañero de nuestro Centro, por la lectura de esta poesía.

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