Habitación de hotel


Esta tarde estoy sola y no me importa
que a mi memoria acudan otras tardes
en que la soledad me estremecía.
Y, casi por azar, pues yo no suelo
comprar ese periódico, me encuentro
con la foto de un cuadro:
Habitación de hotel,
donde estoy escribiendo, igual que ahora,
al borde de una cama.
 
Entre las sábanas dos cuadernos,
y al fondo las maletas
sin abrir todavía, o preparadas
para un largo viaje.
Y se obstinan mis ojos
en poder descifrar lo que allí escribo.
 
Tal vez un sueño
sobre una tarde en calma
en una casa al sur, cerca del mar,
donde se pierde el tiempo
con la tranquilidad de aquel que nada
tiene ya que perder,
o de la tenue luz de algún hotel
en una habitación desconocida
donde puede que exista sin saberlo.

Un poema de María Rosa Vicente Olivas -poeta extremeña autora de varios libros- donde la “protagonista” lírica es un yo femenino que azarosamente se encuentra observando el cuadro de E. Hooper Habitación de hotel y se identifica con la “protagonista” de la pintura; descrita la obra con la protagonista lírica sintiéndose dentro, esta imagina lo que ella misma está escribiendo -que es lo que hace también la protagonista pintada. Y lo que imagina que escribe es una genialidad literaria, a sí misma dentro de un sueño o en una habitación de hotel, tal cual la misma donde se imagina que está ahora porque la ha visto por azar en una reproducción.

Un excelente texto sobre la identidad, y sobre el doble. Y un ejemplo de la poesía relacionada con la pintura, cuya relación y pautas son estudiadas por la disciplina de la literatura comparada.

Esta composición se encuentra en el CD Mirándonos, una colección de poemas -muy bien escogidos- cantados y musicalizados por Mamen Navia y su hijo Juanma García Navia, respectivamente.

Y gracias encarecidas a Soledad García Garrido -cacereña, lectora y creadora de relatos, y ganadora de varios concursos literarios- por la lectura de esta poesía.

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