Inteligencia Artificial en Extremadura.

Amanda García dice:

Inteligencia Artificial.

La investigación consiste en la búsqueda intencionada de conocimientos o soluciones a problemas. Dentro de los posibles campos, uno de los más interesantes es el de la inteligencia artificial.
La inteligencia artificial pretende que los ordenadores puedan percibir, razonar y actuar en consecuencia (tomar decisiones).
Esta rama, cuyo origen se debe a MacCarthy, en el MIT de Massachussets, nos permite optimizar (resolver problemas) y aprender (mejorar). Para ello, una de las herramientas más usadas es el conjunto de los algoritmos evolutivos, sistemas complejos basados en la naturaleza.
Este tipo de ecuaciones se desarrolla gracias a la teoría de Darwin (la selección natural): una vez que crea una población de soluciones, elimina las peores y reproduce las mejores, para llegar así a una solución óptima.
Dentro de nuestra comunidad existen algunos proyectos, muchos de ellos en colaboración con otras entidades extranjeras, como es el caso de los agentes antimicrobianos o el del computador Nasa Lohn 2004, que es capaz de diseñar una antena por sí solo.
Otros ejemplos a nivel regional son la transcripción de música y el diseño automático de terrenos para videojuegos, que usan algoritmos evolutivos. En el caso del diseño de terrenos, la interfaz gráfica va modificando los diseños con una sola ecuación.
Todos los proyectos de este tipo necesitan un tiempo de cálculo bastante grande, por lo que existen dos métodos para realizarlo: con un supercomputador o con la computación voluntaria.
Algunos ejemplos de supercomputadores son el Mare Nostrum o el Finis Terrae; como estos equipos son muy caros, suelen sustituirse por un sistema de PC ’s conectados con cables de red (clusters).
Sin embargo, la opción más usada es la computación voluntaria, que consiste en que, mediante una conexión de red, el servidor manda trabajos a los computadores de los usuarios, que envían los resultados, es decir, es una donación de tiempo de cálculo.
Un servicio muy conocido en esta práctica es Boinc, de la Universidad de Berkeley, donde confluyen múltiples proyectos y con la cual colabora la Universidad de Extremadura.