La esperanza

La esperanza es esa cosa con plumas
que se posa en el alma
y silba su canción sin palabras
y nunca más se detiene.
 
Y es lo más dulce durante el vendaval
y enojada ha de estar la tormenta
que pueda abatir al pajarillo
que a tantos dio su calidez.
 
La he oído en las tierras más heladas
y en los mares más ignotos,
aún, jamás, ni en los trances más severos,
pidió una migaja de mí.

Un poema de Emily Dickinson -autora de estadounidense del siglo XIX, considerada uno de los pilares de la literatura norteamericana y una de las mejores poetas de la literatura universal; reconocida por su estilo innovador, su visión única del mundo y su profundo impacto en la poesía moderna-, que es ejemplo de su valor literario en su habilidad para explorar temas complejos, como en este caso es la esperanza.

Y en la descripción lírica de ese estado de ánimo -a través de una personificación genialmente trazada-, la poeta destaca dos rasgos de este estado de ánimo: su positividad y su falta de exigencia para quien la experimenta.

Esta composición forma parte del libro Emily Dickinson. Poemas selectos, con la traducción y selección de Marino González, y con dibujos de José Paulete; una bella edición hecha por De la luna libros recién publicada.

Gracias a Ana María Crespo, directora de la misma editorial, por la lectura de este texto.

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