La vida tiene hoy ritmo…

       La vida hoy tiene ritmo
de ondas que pasan,
de olitas temblorosas
que fluyen y se alcanzan.
      La vida hoy tiene el ritmo de los ríos,
la risa de las aguas
que entre los verdes junquerales corren,
y entre las verdes cañas.
      Sueño florido lleva el manso viento;
bulle la savia joven en las nuevas ramas;
tiemblan alas y frondas,
y la mirada sagital del águila
no encuentra presa... Treme el campo en sueños,
vibra el sol como un arpa.
 
      ¡Fugitiva ilusión de ojos guerreros,
que por las selvas pasas
a la hora del cenit: tiemble en mi pecho
el oro de tu aljaba!
      En tus labios florece la alegría
de los campos en flor; tu veste alada
aroman las primeras velloritas,
las violetas perfuman tus sandalias.
 
      Yo he seguido tus pasos en el viejo bosque,
arrebatados tras la corza rápida,
y los ágiles músculos rosados
de tus piernas silvestres entre verdes ramas.
      ¡Pasajera ilusión de ojos guerreros
que por las selvas pasas
cuando la tierra reverdece y ríen
los ríos en las cañas!
      ¡Tiemble en mi pecho el oro
que llevas en tu aljaba!

Un poema de Antonio Machado distinto a otras composiciones suyas más breves y de una sencillez formal más evidente, aunque también es reflejo de su estilo lírico.

En las dos primeras estrofas, el poeta hace una composición de lugar y de momento vital a la manera de un locus amoenus clásico, con unos elementos naturales ideales y sugerentes, bellos y deseables… como si fuera una ensoñación.

Y a partir de aquí y hasta el final, aparecen dos actantes; el primero, la personificación del amor, desenvolviéndose es esta ensoñación; el segundo, el yo poético, anhelante de ser víctima de la emoción amorosa.

Una poesía amorosa muy elaborada, un ejemplo de maestría, que desarrolla el tema del amor deseado y del ansia de amar, expresado en un marco de imágenes sonoras y plásticas poetiquísimas.

Gracias a Merche Rodríguez por su recitación.

También te podría gustar...