Materiales de construcción
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Que nos vamos haciendo
a cada paso y con lo que nos pasa,
a tu edad y la mía
no es ninguna sorpresa.Que nos vamos haciendo
igual que un edificio o un suflé,
lo mismo que un poema. En el aire,
atravesando el aire,
de abajo a arriba el vértigo.No hay recetas, al menos, que sepamos
ni planos ni estructura ni siquiera
un mapa que seguir,
certeros, con el índice
y caminar alegres al desastre.Encontrarse no es más que el resultado
de innumerables pérdidas.Las cuentas están claras:
si nos vamos haciendo y deshaciendo
en la misma medida,
el tiempo que nos queda por vivir
esta mañana es mucho
menor que lo vivido
y sin embargo existen otras cifras
con las que apuntalarse en el ahora:
que sean siempre más las cosas que no dices,
que el silencio le gane el pulso al ruido,
que no pronuncie nadie
la última palabra.
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Un poema de Inma Pelegrín (poeta ganadora del premio internacional “Gerardo Diego” 2007, del premio iberoamericano “Juan Ramón Jiménez”, del premio “Pulchrum” 2020 de poesía mística y del XXIV premio “Antonio Machado en Baeza”) de su último libro, Todas direcciones.
Con un título un poco sorprendente, esta poesía habla de nosotros mismos, de nuestro devenir y de nuestra existencia en proceso; somos eso, una realidad en estado de cambio.
Llegado el momento del ahora, productos de lo que se pierde y se gana, con lo que se posee y con la sabiduría adquirida, se debe saber vivir, parece decir esta composición.
Un hermoso texto, una poetización reflexiva sobre nuestro paso por la vida, de profundidad humanística y de delicadeza lírica.
Gracias a la autora por la lectura de su propio poema.
