Mujeres de la Tierra, mujeres de la Luna

Hay mujeres de la Tierra,
mujeres de rompe y rasga que caminan
bamboleando sus gramos de vida
y alegran el día a quien las contempla.
Térreas, ardientes, agarradas a la realidad,
de una potencia tempestuosa para abrazar,
querer, poseer, parir, vivir.
Sus piernas son compases que recorren el mundo
dando equilibrio y armonía.
Se contonean provocando hecatombes,
comen como tiburones,
aman como leonas,
tienen un sexo de fuego.
Esa pasión desgarrada que las mueve
Puede destrozar una nación
o crear un mundo.
Y hay mujeres de la Luna;
metafísicas, soñadoras,
elegantes, bohemias, abstractas.
Miran hacia el horizonte y sueñan.
Se encuentran en los parques, solas,
sentadas en un banco, meditando un poema.
El arte, la filosofía,
los descubrimientos imposibles,
el avance de la ciencia…
dependen de ellas.
Son inalcanzables, dulces, legendarias,
irracionales, profundas, indefinibles.
Les seduce el más allá,
se preguntan qué hay en el otro lado,
no saben parar de pensar…
nunca tocan el suelo.
Siempre tienen quien las ame,
pero son incapaces
de vivir sin volar.
Un poema de May Méndez, antiguo compañero del Santi, escritor y profesor de matemáticas. Ha escrito numerosos artículos en periódicos y revistas. Ha publicado tres novelas. : Imeres Apraxia ( 2006), Relatos desde el otro lado(2012) y Relatos divinos ( 2020)
El poema nos muestra una exploración profunda de la dualidad femenina y su relación con el mundo físico y espiritual.
En primer lugar, el poema presenta una dicotomía entre las mujeres de la Tierra y las mujeres de la Luna, utilizando metáforas que las caracterizan de manera distintiva. Las mujeres de la Tierra son descritas como seres de fuerza física, arraigadas en la realidad tangible, con una pasión ardiente que las impulsa a actuar y a influir en el mundo que las rodea. Sus acciones y atributos evocan una sensación de vitalidad y poder creativo.
Por otro lado, las mujeres de la Luna son presentadas como seres más etéreos y contemplativos, vinculados con el mundo de la imaginación, la reflexión y la búsqueda de lo trascendental.
Una composición llena de metáforas e imágenes que contribuye a reflexionar sobre la condición humana y la naturaleza de la feminidad.
Gracias a May Méndez, por la lectura de su composición , que dedicamos esta semana a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.