Una felicidad libre de euforia / Que el viento sople a nuestra espalda

Una felicidad libre de euforia

Existe
una felicidad libre de euforia,
una felicidad
sostenida de días que suceden
sin sucederse, libres
de vértigo también.

Una felicidad que no atrae
la atención de los dioses porque apenas
es. Los que la transitan,
paso a paso, no notan el camino.

Una felicidad sin entusiasmo,
sin acontecimientos. El amor,
como el Sol en la fronda, se difunde
humildemente. Esos días los sueños significa
dormir más que soñar. En sus dominios
nunca hay que levantarse a medianoche
para limpiar las sábanas de arena,
porque no ha habido playa,
ni combate. Mas sí serenidad,
de otra manera,
como lo que perdura. Y no es inercia
ni llama, no hay herida,
y no ciega la espada al mensajero.

Últimamente pienso mucho en esto.
No sé si la he tenido, no recuerdo.
He encontrado dos líneas en que pido
una felicidad libre de euforia,
y si no la he tenido, me pregunto
por qué sé describir tan justamente
ese país en el que nunca he estado.



Que el viento sople a nuestra espalda

A Natalia y Borja

Aunque duela la noche, aunque estés lejos,
aunque fuera que sí lo que temía,
aunque qué pronto nos haremos viejos,
 que dure la alegría.

Aunque el adiós le ponga sitio al hoy,
 aunque estemos más solos cada día,
aunque dude quién soy y a dónde voy,
que dure la alegría.

Aunque olvidemos dónde regresar,
aunque me lama la melancolía,
aunque nos quede tanto que llorar,
que dure la alegría.

Porque si estoy contigo, sigo vivo,
porque puedo querer lo que quería,
porque no importa nada lo que escribo,
que dure esta alegría.

“Una felicidad libre de euforia” es un poema de Juan A. González Iglesias – escritor (muy recomendable es su Historia alternativa de la felicidad), poeta (ganador de varios premios de prestigio), filólogo y pintor español, profesor titular en la Universidad de Salamanca; es considerado una figura relevante de la nueva poesía española. Forma parte de la obra de Amancio Prada -gran cantautor- Huellas de Salamanca, donde recoge canciones y poemas de autores que nacieron, vivieron o estudiaron en Salamanca.

En esta composición, el poeta hace una reflexión sobre un tipo de felicidad que se convierta en pura poesía y expresión personal e íntima del autor. Cualquier comentario flojea ante la sensibilidad y la belleza de estas palabras.

“Que el viento sople a nuestra espalada” es de Rodrigo Olay -poeta asturiano, también profesor universitario y autor de varias obras publicadas- y desarrolla el tema de la alegría como algo buscado y deseado ante las adversidades y su negación misma.

Gracias a Mónica Sánchez, excompañera de nuestro Centro, profesora de Inglés, por la lectura de estos dos textos; un saludo desde el recuerdo.

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