Remordimiento

borges-iii
 He cometido el peor de los pecados
 que un hombre puede cometer. No he sido
 feliz. Que los glaciares del olvido
 me arrastren y me pierdan, despiadados.
 
 Mis padres me engendraron para el juego
 arriesgado y hermoso de la vida,
 para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
 Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
 
 no fue su joven voluntad. Mi mente
 se aplicó a las simétricas porfías
 del arte, que entreteje naderías.
 
 Me legaron valor. No fui valiente.
 No me abandona. Siempre está a mi lado
 la sombra de haber sido un desdichado.

El poeta Jorge Luis Borges reconoce en este poema su falta de felicidad en su propia vida, hasta tal punto de merecer un castigo.

Su destino vital era vivir y disfrutar de la vida, pero de alguna manera no cumplió con su destino.

Frente a la cualidad de la valentía, de las ganas de vivir y arrostrar la vida, el poeta sufre su desdicha.

Seamos felices, vivamos, seamos valientes… es el consejo hermoso de esta poesía.


          
        

También te podría gustar...