Elegía a Francisco Giner de los Ríos
Como se fue el maestro, la luz de esta mañana me dijo: “Van tres días que mi hermano Francisco no trabaja”. ¿Murió?… Sólo sabemos que se nos fue por una senda clara, diciéndonos: “Hacedme...
Como se fue el maestro, la luz de esta mañana me dijo: “Van tres días que mi hermano Francisco no trabaja”. ¿Murió?… Sólo sabemos que se nos fue por una senda clara, diciéndonos: “Hacedme...
La noche entera con un hacha me ha golpeado el dolor, pero el sueño pasó lavando como un agua oscura piedras ensangrentadas. Hoy de nuevo estoy vivo. De nuevo te levanto, vida, sobre mis...
Álzate, corazón, consumido de penas, levántate, que sopla un viento de esperanza por el mundo, llevándose con él tus inquietudes y la costra de angustia que apaga tus latidos. Álzate, viejo amigo, que el...
Tengo en paz mi conciencia y mis asuntos, y de luz y esperanza me mantengo. Me sobra corazón. Y de Dios vengo, y con Él me acompaño. Los dos juntos hablamos con la hormiga...
Hermoso es el vivir, y aunque tuviera otra vez que pasar por ese trance, otra vez pediría luz y avance por la desdicha que me aconteciera. El soportado horror, la luna fiera y la...
Con palabras se pide el pan, un beso, y en silencio se besa y se recuerda el primer beso que rozó aquel pétalo en el jardín de nuestra adolescencia. Las palabras son tristes. Tienen...
«¿Y por qué te hago falta?» (Laura, 3 años) ¿Qué por qué me haces falta? Pues ¿quién me llevaría a la rama más alta del verano? ¿Con quién aprendería a pronunciar correctamente las palabras...
Dilo, dilo otra vez, y repite de nuevo que me quieres, aunque esta palabra repetida, en tus labios, el canto del cuclillo recuerde. Y no olvides que nunca la fresca primavera llegó al monte...