Desnuda
Desnuda eres tan simple como una de tus manos: lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente. Tienes líneas de luna, caminos de manzana. Desnuda eres delgada como el trigo desnudo. Desnuda eres azul como la noche en Cuba: tienes enredaderas y estrellas en el pelo. Desnuda eres redonda y amarilla como el verano en una iglesia de oro. Desnuda eres pequeña como una de tus uñas: curva, sutil, rosada hasta que nace el día y te metes en el subterráneo del mundo como en un largo túnel de trajes y trabajos: tu claridad se apaga, se viste, se deshoja y otra vez vuelve a ser una mano desnuda.
Poema de Neruda sobre (otra vez) una mujer desnuda.
Se puede jugar a pensar por qué la mujer desnuda es un motivo tan frecuente en el arte (la pintura, la escultura, la fotografía, la literatura, el cine…) y no llegaríamos a nada que no se haya dicho antes; una mujer en cueros en el arte representa (como en la vida) y es una recreación del deseo, la lujuria, la vitalidad, la belleza, la concupiscencia, la voluptuosidad, la pasión… sin olvidar su carácter mágico (fuente del placer y de una nueva vida).
En esta poesía, destaca la adjetivación dedicada a un tú poético, femenino y desnudo; adjetivos sugerentes, bien traídos, acumulados e intensos.
Por lo demás, esta composición consiste básicamente en un juego de metáforas y comparaciones a partir de la contemplación de, simplemente, una mujer desnuda.
Un bello texto sobre algo bello.