El futuro
Pero el futuro es diferente al porvenir que se adivina lejos, terreno mágico, dilatada esfera que el largo brazo del deseo roza, bola brillante que los ojos sueñan, compartida estancia de la esperanza y de la decepción, oscura patria de la ilusión y el llanto que los astros predicen y el corazón espera y siempre, siempre, siempre está distante. Pero el futuro es otra cosa, pienso: tiempo de verbo en marcha, acción, combate, movimiento buscado hacia la vida, quilla de barco que golpea el agua y se esfuerza en abrir entre las olas la brecha exacta que el timón ordena. En esa línea estoy, en esa honda trayectoria de lucha y agonía, contenido en el túnel o trinchera que con mis manos abro, cierro, o dejo, obedeciendo al corazón, que manda, empuja, determina, exige, busca. ¡Futuro mío...!Corazón lejano que lo dictaste ayer: no te avergüences. Hoy es el resultado de tu sangre, dolor que reconozco, luz que admito, sufrimiento que asumo, amor que intento. Pero nada es aún definitivo. Mañana he decidido ir adelante, y avanzaré, mañana me dispongo a estar contento, mañana te amaré, mañana y tarde, mañana no será lo que Dios quiera. Mañana gris, o luminosa, o fría, que unas manos modelan en el viento, que unos puños dibujan en el aire.
Un poema de Ángel González.
Una poetización del futuro (opuesto al porvenir, que considera términos diferentes).
Es muy difícil comentar esta poesía sin repetir lo mismo que dice el poeta: el futuro como lucha, como avance y como opción personal…
Un hermoso poema, positivo y optimista, animoso y… futurista.
Dedicado a los alumnos de 2º de bachillerato, que acaban sus estudios en este Centro; para ellos empieza un futuro –su propio futuro-, del que serán autores y protagonistas.
Sirva de despedida para nuestra compañera Inma Romero.