Literatura y realidad
El tremendismo de la realidad, su incurable tendencia al melodrama y a lo absurdo. La realidad es psicópata: jamás se compadece de sus víctimas. Hace trampa al jugar con la esperanza. Todo lo escribe mal con letras chuecas. Llena de errores de sintaxis, ignora el ritmo, el tono, la armonía. Confunde los papeles asignados. Olvida lo que dijo en la otra página. Debería entrar en un taller literario, aprender cuando menos rudimentos de verosimilitud, coherencia y orden. Sin embargo posee en alto grado una virtud artística suprema: no se repite nunca, siempre es nueva, siempre nos deja con la boca abierta.
Un poema (de cinco estrofas y de versos irregulares) de Emilio Pacheco, de asombrosa profundidad intelectual y estética.
Sobriamente, desgrana las características de la realidad (curioso tema poético; al menos, diferente), a la que aplica los rasgos aplicables a la literatura (una genialidad literaria).
Para evitar una paráfrasis fácil y superficial, no hay más comentario.
Hay que señalar, no obstante, la valía de esta poesía y apuntar al disfrute estético e intelectual de esta composición.