Merece la pena (Un jueves telefónico)
JoseAMora Sobre las diez te llamo para decir que tengo diez llamadas, otra reunión, seis cartas, una mañana espesa, varias citas y nostalgia de ti. Sobre las doce y media llamas para contarme tus llamadas, cómo va tu trabajo, me explicas por encima los negocios que llevas en común con tu ex-marido, debes sin más remedio hacer la compra y me echas de menos. El teléfono quiere espuma de cerveza, aunque no, la mañana no es hermosa ni rubia. Sobre las cuatro y media comunica tu siesta. Me llamas a las seis para decirme que sales disparada, que se queda tu hijo en casa de un amigo, que te aburre esta vida, pero a las siete debes estar en no sé dónde, y a las ocho te esperan en la presentación de no sé quién y luego sufres restaurante y copas con algunos amigos. Si no se te hace tarde me llamarás a casa cuando llegues. Y no se te hace tarde. Sobre las dos y media te aseguro que no me has despertado. El teléfono busca ventanas encendidas en las calles desiertas y me alegra escuchar noticias de la noche, cotilleos del mundo literario, que se te nota lo feliz que eres, que no haces otra cosa que hablar mucho de mí con todos los que hablas. Nada sabe de amor quien no ha perdido por amor una casa, una hija tal vez y más de medio sueldo, empeñado en el arte de ser feliz y justo, al otro lado de tu voz, al sur de las fronteras telefónicas.
Un poema de Luis García Montero sobre una relación sentimental/amorosa entre el yo y el tú poéticos.
La situación que se presenta es en un ambiente urbano, moderno y caracterizado por ausencias, o faltas de encuentro entre una pareja.
En esa situación, hay un esfuerzo para mantener esa relación, porque merece la pena (¡ya estamos parafraseando!).
A pesar de todo, en la ausencia y en la voz oída de la persona amada puede pervivir el amor (¿Por qué no?).