Playa / Pálpito

PLAYA
A Federico García Lorca
Las barcas de dos en dos,
como sandalias del viento
puestas a secar al sol.
Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.
Sobre la arena tendido
como despojo del mar
se encuentra un niño dormido.
Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.
Y más allá, pescadores
tirando de las maromas
amarillas y salobres.
Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.
–
PÁLPITO
Ya nos calienta el sol las mejillas
en este prado verde de agosto.
La mañana asoma gloriosa.
Tengo el pálpito de que
cosas asombrosas ocurrirán hoy.
Recogeremos moras prematuras,
nos creeremos libres,
nos bañaremos silvestres
en el río imperioso de arrullo.
Ese pedazo de hierba será solo nuestro,
—ese trocito de edén que sospecha nuestros
cuerpos
aún no posados—
pasará una bandada de garzas
y tú me mirarás
como nunca lo has hecho,
como si fueras ruiseñor, trigo y piedra a la vez,
con la lujuria y candidez justa
desparramada en mis muslos mojados.
Somos alegres
porque estamos vivos, pienso.
Cosas asombrosas ocurrirán hoy.
El primer poema es de Manuel Altolaguirre -nacido en Málaga, poeta, dramaturgo y editor perteneciente al Grupo Poético del 27-, una de sus composiciones más conocidas y donde se presenta una escena poetizada en una playa, lugar donde se encuentran como elementos descritos unas barcas, el yo poético, un niño y varios marineros (y esta presentación tiene como rasgo la geometrización, lo que recuerda a la vanguardia cubista, en apogeo en esos momentos). La esencialidad, la perfección expresiva y la belleza lírica están presentes en este texto.
El segundo poema es de Carmen Berasategui -poeta contemporánea de varios poemarios, editora en Trampa Ediciones y gestora cultural, nacida en Vitoria y residente en Barcelona, donde fundó el festival de poesía NUDO-, que se inicia con un título sinónimo de corazonada o presentimiento en un sentido positivo, es decir, la espera de acontecimientos buenos.
Situados en verano, durante la mañana, en una naturaleza coadyuvante al momento, el yo poético describe y pronostica el encuentro entre él mismo y el tú poético, el amor compartido, la sensualidad disfrutada y la alegría sentida.
Un maravilloso texto en su lirismo formal y en su contenido vital y optimista.
Gracias a Inés María Guzmán, poeta afincada en Málaga, por la grabación de su lectura en una playa malagueña y a Víctor Bermúdez, (Profesor de filosofía, escritor y divulgador, activista político, miembro de diferentes asociaciones filosóficas y pedagógicas, colaborador en varios medios de la radio y la prensa regional, miembro del Consejo Escolar de Extremadura y profesor de la UMEX) también por su lectura.
Feliz verano.