Vencidos

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
 
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.
Va cargado de amargura,
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar.
 
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.
 
¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
en horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar!
 
Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo,
y llévame a ser contigo
pastor.
 
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar…

Un poema metaliterario de León Felipe, poeta español de la primera mitad del siglo XX, que comienza con el protagonista don Quijote en el momento en que ha sido derrotado por el Caballero de la Blanca Luna en Barcelona y vuelve hacia su pueblo despojado de su honor; un momento patético, equiparable al de su propia muerte, y lleno de tristeza; el Caballero de la Triste Figura, convertido en símbolo universal de los vencidos.

A mitad de la composición, aparece el yo poético, que se identifica en su derrota -personal, vital, política…- con el personaje de Cervantes. De igual a igual, el yo que habla en el texto habla de dolor, sin reproches ni crítica y con algo de ironía.

Y al final de la poesía aparece la invocación del loco manchego como caballero del honor -aunque lo acaba de perder en su derrota; y es que, ni más ni menos, luchaba por hacer un mundo más justo y mejor.

Un poema bello y sencillo sobre el valor de los ideales frente a la realidad de su no consecución.

Por favor, por orgullo, por dignidad, por cultura, por interés, por curiosidad, hay que leer Don Quijote de la Mancha.

Gracias a Carmen Gutiérrez, profesora de LCyLit del IES Meléndez Valdes, por su lectura.

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