Ella / Canción empírica

ELLA
Puedo hablar del viento en las cañadas,
del viento en las ramas de los olivos
y de las nubes altas, prendidas en un cielo celeste.
Puedo hablar del mosto dorado de este otoño
que guarda en sí el aroma y el sabor
de esta tierra salvaje y hermosa
-tierra de toros bravos y pájaros extraños-.
Puedo hablaros de algunas mariposas
que, zagueras de la primavera última,
giran aún entre las encinas,
y de los valladares de piedras
silentes bajo la tormenta.
Todos me entenderíais
.
Mas si os hablase de ella,
de Eva María, que une en su interior
la arrogancia y la dulzura del viento,
el fuego del mosto recién pisado,
la belleza indefinible de las mariposas,
la firmeza de las antiguas piedras
y la emoción de todos los otoños
y de las primaveras todas…,
¿quién de vosotros me creería?
–
Canción empírica
Sentimiento es sentido.
Un aroma, un sonido, unas palabras
proferidas tal vez en voz muy baja,
el tacto de unas manos en tus manos
mientras el horizonte
expone su soflama.
Los sentidos no mienten.
incitan a creer en lo increíble,
en cosas sin sentido que ellos fingen:
la pureza del mundo o el dios rector,
en el amor eterno
que la vida desdice.
No creas a la tarde.
No dejes que te embauque la hermosura
que aparece detrás de veladuras:
contempla el río, escucha el ruiseñor,
disfruta de lo bello,
pon tu sentir en vida.
“Ella” es un poema de Fernando de Villena -escritor español, doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Granada; ha conseguido varios premios literarios, entre otros el premio de la Fundación Andrés Bello y con el premio de la Crítica Andaluza; ha publicado novelas, varios libros de crítica literaria y poemarios y es actor.
En esta composición, la primera persona se dirige a un vosotros para una posible descripción de la belleza de la naturaleza -en otoño; pero el objeto de descripción cambia y se convierte en una mujer concreta, a la que se la pueden aplicar todos los mismos rasgos ideales que a una naturaleza/paisaje/entorno. El texto termina con una pregunta enfática: apenas es creíble la suma de todas las cualidades en una sola persona; más admiración o amor no se puede sentir.
“Canción empírica” es un poema de Antonio Manilla -León, 1967, con diez libros de poesía, una biografía y una novela; merecedor de varios premios literarios; su antología La lengua de los árboles es una colección excelente de poemas.
Empezando por el título, la canción, en el ámbito literario, es una composición lírica popular de origen provenzal, un poema admirativo que expresa una emoción; y el adjetivo empírico hace referencia a la experiencia sensorial y perceptiva.
Y así a partir de estos dos términos, el poeta liricaliza -dirigido a un tú/todos-magistralmente sobre el disfrute al que se debe aspirar de lo que se siente como sentimiento y lo que se siente como experimentado y percibido, todo en uno. La calidad literaria en este caso roza la sublime.
Gracias a Sergio Santos y a Manuel Gordillo, profesores de Matemáticas de nuestro Centro, por su generosidad en la lectura de estos textos.
















