La sonrisa
Es un puente que acerca geografías humanas. Le fiamos la burla y la alegría por igual. Se parece a los ríos, y a la luna, y a nada se parece. Yo la he visto brillar como la luna y fluir como un río recorriendo unos labios de mujer. Puede ser un regalo, una condena, cohabitar con el necio y encubrir al traidor. Mi corazón le debe la memoria de los seres que he amado y que perdí, pues el tiempo, que borra en mi recuerdo el perfil de sus rostros, no empeña sus sonrisas, y en sus sonrisas vive extrañamente la clara imagen, fiel, de todo cuanto fueron para mí. La sonrisa nos salva y debería conservarla la tinta, como una huella dactilar del alma.
Un poema de Vicente Gallego que trata un tema (y un tópico poco literario, por su difícil tratamiento, quizás) poco común, pero no por eso menos lírico.
En la primera parte de la composición, hay una descripción lírica de esta expresión facial, genuina o voluntaria (de ojos y boca, los dos elementos más expresivos del cuerpo humano), tan… humana (aunque no en exclusividad), tan plurivalente (por la gran cantidad de emociones que puede transmitir) y… que el poeta se esfuerza en metaforar, identificar y comparar, todo esto de la mejor manera poética posible.
En la segunda parte de esta poesía, la experiencia vital del artista lírico se hace presente; el recuerdo de los seres queridos, en su caso, persiste a través de su gesto.
Por no insistir en algo tan complejo y etéreo, espontáneo y físico, el gran mérito de esta composición y de su autor es la poetización de la belleza, del efecto y del valor de eso que hacemos con la cara.