Mano a mano

Hay quien tiende a pensar que lo merece todo.
Yo prefiero dar gracias.
Cruzo mis manos calientes sobre el mundo
sobre la gratitud a salvo del olvido.
Pienso en todas las manos
las que abrieron ventanas en los muros
las que besan el trigo para que haya pan
las que cortan el cuero que nos calza.
 
Amo a todas las manos.
¿Qué son? ¿Qué pueden solas?
Son otras manos las que mueven los trenes
otras las que conectan las bombillas
otras las que abastecen los bazares.
Y serán otras manos
tal vez no nacidas
las que caven la tierra que me habrá de cubrir.

Un poema de Raquel Lanseros (poeta y traductora, y una de las voces más premiadas y reconocidas de la actual poesía en español; cerca de 200 críticos de más de 100 universidades la han elegido la poeta más relevante en lengua española nacida después de 1970; ha sido galardonada con el Premio de la Crítica, el Premio Andalucía de la Crítica, el Premio Unicaja de Poesía, el Premio Antonio Machado en Baeza, el Premio del Tren o el Premio Jaén de Poesía…) con un tema a priori diferente.

A contracorriente de otros, el yo poético decide manifestar su/s agradecimiento/s frente a la indiferencia -por ejemplo- y a partir de este momento crea una oda a las manos de todos -ese órgano humano de máxima precisión que nos humaniza, cargado de simbolismo, de afectividad y abundante en los modismos del español- por las que pasa mucho de lo bueno que nos pasa.

Un texto lírico bello en su sencillez, agradable en su contenido, reconfortante en su reflexión.

Gracias a Flora E. Sánchez, profesora de LCyLit, por la lectura de esta poesía.

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